jueves, 24 de febrero de 2011

educacion especial

Disgrafía
El concepto de disgrafía se mueve dentro de dos contextos:
a.     Contexto neurológico en relación con las afasias. En este apartado se incluyen las agrafias, q son una manifestación de las afasias e implican anomalías del grafismo.
b.     Enfoque funcional, son el trastorno de la escritura que surge en los niños, y que no responden a lesiones cerebrales o a problemas sensoriales, sino a trastornos funcionales.  
La disgrafía es un trastorno de tipo funcional que afecta a la calidad de la escritura del sujeto, en el trazado o la grafía.
 Según Adelfo Tapia Pavón llamamos disgráfico al que confunde, omite, une y/o invierte sílabas  o letras de forma incorrecta.
  Consideramos como disgráfico al alumno que comete dos o más tipos de incorrecciones, al que tiene las aptitudes mentales y sensoriales normales y ha sido escolarizado.
  El número de casos es mayor en los niños, 60%, en las niñas.
        Para hacer un diagnostico de la disgrafía es necesario el tener en cuenta una serie de condiciones:
v    Capacidad intelectual en los límites de normales o por encima de la media.
v    Ausencia de daño sensorial grave, como los traumatismos motrices, que pueden condicionar la calidad de la escritura.
v    Adecuada estimulación cultural y pedagógica.
v    Ausencia de trastornos neurológicos graves, como lesiones cerebrales, con o sin componente motor, ya que podría impedir una normal ejecución motriz del acto motor.
v    El factor edad, también es importante. Algunos autores como Auzías (1981) tiene la idea de que la alteración de la escritura no comienza a tener cuerpo hasta después del periodo de aprendizaje, que sería a más allá de los 7 años. Por eso no se podría efectuar un diagnostico hasta esa edad.  
LA EVOLUCIÓN DEL GRAFISMO.
 Desde que el niño comienza  a realizar los primeros trazos intencionados hasta que consigue un control óculo-manual, hay un largo proceso. Gessel aprecia en la evolución del grafismo las siguientes etapas:  
ü     15 meses. El niño trata de imitar un trazo escrito, frotando o golpeando el lápiz contra el papel.
ü     24 meses. Realiza pequeñas marcas con lápices en el papel.
ü     30 meses. El niño experimenta con líneas verticales y horizontales, con puntos y con movimientos circulares.
ü     3 años. Puede copiar un circulo.
·        En la pintura, sus trazos son rítmicos y variados. Puede “leer” las ilustraciones de un libro.
ü     3 años y medio. Quizás muestre un ligero temblor en la coordinación motriz  delicada.
·        Algunos reconocen “p” de papá, la “m” de mamá o la “J“de Juanito.
ü     4 años. Dibuja objetos con algún detalle.
·        Puede copiar un cuadrado.
·        Le agrada escribir su nombre con caracteres de imprenta en sus dibujos y comienza a copiar.
·        Cuando pinta, trabaja con precisión durante algún tiempo.
·        Sus croquis y sus letras son aún toscos.
ü     5 años. Dibuja el contorno de de algún objeto.
·        La agrada copiar formas sencillas.
·        Puede entretenerse haciendo letras dibujadas con pinceles sobre grandes superficies.
ü     5 años y medio. Muchos muestran interés por aprender a escribir su nombre con caracteres de imprenta y por subrayar mayúsculas y palabras en algún libro familiar.
ü     6 años. Sabe escribir letras mayúsculas de imprenta, por lo general, invertidas.
ü     7 años. Pueden escribir varias oraciones con caracteres de imprenta y tienden a ir disminuyendo gradualmente de tamaño hacia el final de la línea.
En la evolución del grafismo, se observa un lento dominio de la coordinación viso-motora, proporcionándole esto el paso de un etapa lúdica o otra de intencionalidad controlada. Porque, como hemos visto,  desde muy corta edad el niño es capaz de copiar algunos grafemas, pero está aún muy lejos de conseguir, antes de los 4 años, una buena organización de su motricidad. Y esto se debe, según Liliana Lurcat, a que hasta ese momento no es capaz de diferenciar entre dibujo y escritura.
  Así a partir de los 4 años aparecen los primeros grafemas reconocibles, pero dependerá de el modelo utilizado. Lo que realiza el niño es una descomposición visual de los elementos más simples.
  La gama de dificultades que el niño puede encontrar en la imitación ira desde pequeñas diferencias en la reproducción a direcciones inadecuadas o grafemas irreconocibles. La permanencia de estos hábitos, si no se realiza una corrección inmediata, favorecerá las dificultades en la escritura pudiéndose generar la aparición de alguna disgrafía.
  La adquisición de la forma de las letras se completará durante el aprendizaje al que se somete al niño durante su escolaridad. Ajuar aguerra distingue tres etapas:  

  ·        Fase pre caligráfica.
§         El niño es incapaz de superar las exigencias de las formas caligráficas.
§        Los trazos esta rotos, temblorosos, arqueados o retocados; las curvas están abolladas, angulosas, mal cerradas; la dimensión e inclinación de la letra está incontrolada; las uniones son torpes; la línea es irregular o descendiente bruscamente; los márgenes desordenados, etc.
§        El niño al escribir se esfuerza por conseguir la regularidad pero no lo consigue por incapacidad motriz.
§        Esta etapa varía según las posibilidades motrices o intelectuales.
·        Fase caligráfica infantil. Se inicia sobre los ocho o nueve años.
§        La escritura se aligera y regulariza; comienza a “inventar” la uniones de las letras sin originar ninguna modificación; es frecuente el collage; las líneas son rectas, los márgenes se distribuyen correctamente; parece haber llegado a un perfeccionamiento de estilo.  
·   Fase pos caligráfica. La llegada a la adolescencia, la estructura de la personalidad, las exigencias de velocidad o la economía del gesto son algunos de los factores que influyen en el proceso innovador que tiende a simplificarlos enlaces, modificar las letras o a despojarlas de todo adorno. La escritura comienza en esta etapa a expresar ciertos aspectos de la personalidad del individuo que no son fruto del azar.
En el proceso evolutivo existen grandes diferencias entre individuos, también de carácter social y cultural  
Hemos agrupado las causas de la disgrafía en cuatro apartados:
    1. CAUSAS DE TIPO MADURATIVO 
                Existen dificultades de tipo neuro-psicológico que impiden al niño escribir de forma satisfactoria. Cuatro factores que pueden provocar disgrafía son las dificultades de lateralización, los trastornos de eficiencia psicomotora, los trastornos de esquema corporal y de las funciones perceptivo-motrices y por último los trastornos de expresión gráfica del lenguaje.
       Trastornos de lateralización
                Al menos la mitad de los niños con disgrafía presentan dificultades de su lateralización. Los trastornos más frecuentes son el ambidextrismo, niños que emplean indistintamente la mano derecha o izquierda para escribir, o niños que, siendo diestros o zurdos, lo son de una forma débil y poco definida, la zurdería contrariada, siendo la escritura de éstos últimos estrefosimbólica, es decir, de derecha a izquierda.
 Trastornos de deficiencia psicomotora
                Se excluyen aquellos casos que presentan una afectación motórica intensa, como hemiplejias, paraplejia.
        Podríamos agruparlos trastornos psicomotores en tres categorías:
· Niños con ligeras perturbaciones del equilibrio y de la organización  cinética
                  y tónica.
                · Niños con motricidad débil.
                · Niños inestables.

                En la práctica clínica se observan dos tipos de niños con motricidad alterada: los niños torpes motrices con una motricidad débil y con una edad motriz inferior a la cronológica, que fracasan en actividades de rapidez, equilibrio, sujetan defectuosamente el lapicero, la escritura es muy lenta y la postura gráfica es inadecuada, y los niños hipercinéticos, en cierto modo opuestos a los anteriores. Éstos niños se manifiestan desinhibidos e inquietos, su escritura se manifiesta por ser muy irregular en dimensiones, letras fragmentadas, trazos imprecisos, etc.
     Trastornos del esquema corporal y de las funciones perceptivo-motrices.
                Dentro de este apartado encontramos:
- Trastornos de organización perceptiva: alteración de la capacidad de integración viso-perceptiva, niños sin déficits sensoriales en el órgano de la visión, pero incapaces de percibir adecuadamente (confusión figura- fondo, tendencia a las inversiones de simetría, omisiones, etc).
- Trastornos de estructuración y orientación espacial: los niños presentan dificultades en reconocer nociones espaciales sencillas (derecha, izquierda) en su propio eje de referencia corporal. La escritura se presenta con desórdenes de tipo topológico, alteración de la dirección, alteración de grafemas con simetría similar, etc.
- Trastornos del esquema corporal: a veces la dificultad en el reconocimiento del esquema corporal altera la escritura a nivel del soporte del lapicero, de postura corporal y con un grafismo lento y fatigoso.
Trastornos en la expresión gráfica del lenguaje
        Dislexia: aunque es un trastorno fundamentalmente lector puede acompañarse de alteración en la escritura.
       Tartamudeo gráfico: es una disgrafía acusada asociada a desórdenes tónico-cinéticos. La escritura se presenta con numerosas tachaduras, repeticiones innecesarias.  

 2. CAUSAS CARACTERIALES
                La llamada disgrafía caracterízala viene asociada a dificultades perceptivas, motrices, de lateralización y es producto de las tensiones psicológicas del niño. Puede ser un mecanismo de defensa que enmascara trastornos de conducta como inhibición, timidez, aislamiento.
Disgrafía caracterizar pura
                Son niños con conflictos afectivos importantes que emplean  la escritura como forma inconsciente de llamar la atención o que expresan trastornos del yo por medio de una escritura defectuosa.
 Disgrafía caracterizar mixta
        Cuando los conflictos emocionales van unidos a déficits neuropsicológicos hablamos de componente mixto. La disgrafía se encuentra reforzada por la inmadurez psico- afectiva y por los déficits perceptivo- motrices.
 Disgrafía caracterízales reactivas
        Son debidas a trastornos madurativos, pedagógicos o neuropsicológicos. Estos niños se sienten incómodos con su propia escritura, y están muy presionados por el ambiente familiar y escolar, desencadenándose, a veces, una reacción neurótica con alteraciones como a fobia escolar, estados de ansiedad, etc.
 3. CAUSAS PEDAGÓGICAS            
        La escuela es el detonador de la disgrafía, ya que determinados errores educativos la generan.
            Podemos enumerar una serie de causa que pueden producir trastornos en la escritura desde el punto de vista de fallos pedagógicos:
- Instrucción rígida e inflexible, sin atender a características individuales
- Descuido del diagnóstico del grafismo, como método de identificación de las dificultades
- Deficiente orientación del proceso de adquisición de destrezas motoras
- Orientación inadecuada al cambiar de la letra script a la letra cursiva
- Objetivos demasiado ambiciosos
- Materiales inadecuados para la enseñanza
- Incapacidad para enseñar a los zurdos la correcta posición del papel y los movimientos más idóneos  
 4. CAUSAS MIXTAS
        Existen algunos síndromes que no se pueden explicar de forma independiente, sino como la suma de factores de forma continuada, tal es el caso del grafo espasmo, cuyos síntomas característicos más importantes son:
- Crispación en todo el brazo que escribe, a nivel de dedos y hombro. 
- Fenómenos dolorosos.
- Detenciones forzosas durante la escritura.
- Mala coordinación de los movimientos, con sacudidas y tirones bruscos.
- Sudoración a nivel de las palmas.
- Variación en la forma de sujetar el lápiz.
- Rechazo hacia la escritura.






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